Tangamandapio, Michoacán, el sur de Veracruz y un hilo histórico conductor: el terror

Claroscuros 

Tangamandapio, Michoacán, el sur de Veracruz y un hilo histórico conductor: el terror 

José Luis Ortega Vidal 

(1) 

Un grupo armado baleó la jefatura de Tarecuato, una comunidad indígena de la cultura Tarasca en el municipio de Tangamandapio, Michoacán. 

No se reportan heridos ni muertos, sólo el terror. 

Los hechos ocurrieron el miércoles pasado y trascendieron al país 

En términos periodísticos se trata, pues, se trata de una noticia nacional; débil el concepto de “noticia nacional”, limitada la acción gubernamental frente al crimen organizado, secuestrada una parte de nuestro territorio.  

Llegan a la mente los acontecimientos del 26 al 28 de octubre del 2020 en la región de Acayucan, al sur de Veracruz. (1) 

Aquella jornada mezcló sucesos locales en municipios vecinos como Texistepec y Sayula de Alemán para culminar con un ataque feroz y sin precedentes en la cabecera municipal acayuqueña, ubicada en el Istmo de Tehuantepec; el mismo donde se impulsa el Corredor Interoceánico Multimodal, uno de los macroproyectos de la Cuarta Transformación con puntos estratégicos en lso puertos de Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, Oaxaca.

El pueblo de Acayucan sufrió miedo, mucho miedo, en medio de un incendio tras otro sobre autos, locales comerciales, un camión de pasajeros, así como bloqueos carreteros. 

La trascendencia nacional de aquel epílogo se terminó de conformar con más fuego en el área limítrofe entre Cosoleacaque y Coatzacoalcos, ni más ni menos que la zona industrial más importante en el sur veracruzano. 

Coatzacoalcos ha sido la capital productiva de la petroquímica de México durante cinco décadas: desde 1970 hasta la fecha. 

Y allí el boom del desarrollo económico, la migración nacional y extranjera como resultado de generar miles de empleos desde el sector económico secundario; la modernización de una añeja ciudad y puerto en el golfo mexicano, se convirtió durante los últimos lustros en el epicentro de una diáspora sin remedio. 

(2) 

¿Qué tienen en común Tarecuato, comunidad indígena en el municipio de Tangamandapio, Michoacán y Acayucan, Texistepec, Sayula de Alemán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos en el sur de Veracruz? 

Vistos desde lo particular a lo general: se trata de pueblos que han sufrido ataques a vías e instalaciones de organismos públicos en detrimento de la seguridad, el equilibrio social y la estabilidad emocional de la sociedad civil. 

Ahora bien, observados a partir de lo general a lo particular: desde Tarecuato hasta Acayucan se traza sin rubor una línea de inestabilidad del Estado, con elementos de Estado fallido e irrupción de lo ilegal convertido en rompimiento cotidiano del tejido social, en la mayor parte del territorio nacional… 

  • Podemos elaborar una lista interminable de acontecimientos violentos en pequeños pueblos con menos de 20 mil habitantes, hasta ciudades que van desde los 50 mil hasta los 300 mil ciudadanos… 
  • Conformar una perspectiva lineal de ataques a sangre y fuego contra personajes políticos, empresarios, comerciantes, profesionistas civiles –hombres, mujeres, niños- de forma individual o grupal, ajenos todos al crimen organizado… 
  • Añadir información sobre lugares y fechas, enfrentamientos o ejecuciones a modo de guerra entre integrantes del crimen organizado… 
  • Establecer un distintivo entre homicidios culposos, homicidios dolosos, feminicidios, infanticidios, suicidios, accidentes, errores fatales, incumplimientos del deber, ataques mortales por motivos culturales, religiosos, ideológicos, de interés político, de negras intenciones vinculadas a lo electoral, de Estado… 

En todos los casos hay una correlación entre sucesos particulares y perspectivas generales o hechos generales y análisis particulares. 

Pero hay más: a todo hecho corresponde un contexto. 

A todo asomo corresponde una coyuntura. 

La traza lineal nos permite una narrativa obligada de datos estadísticos en plazos variados; desde el primero de enero del 2020 hasta hoy y dar continuidad hasta diciembre del 2021, por ejemplo. 

Efectuar un abordaje contextualizado abre la visión a potenciales hipótesis sobre el origen, el desarrollo y la conclusión de las historias de marras: periodísticas en este caso. 

(3) 

El 15 de diciembre del 2020 dio inicio el proceso electoral que culminó –parcialmente- el 6 de junio del 2021. 

A menudo confundimos la democracia con los procesos electorales. 

En realidad, una elección forma parte del proceso electoral en general. 

A su vez, un proceso electoral –conformado por la permanente vida partidista, la evolutiva construcción ideológica, la construcción perenne de grupos de poder, la desaparición y el nacimiento de liderazgos, el andamiaje de intereses particulares, grupales, colectivos, la visión cultural, étnica, de clase social, sociopolítica, socioeconómica-…un proceso electoral es apenas una parte del todo llamado Estado. 

Dentro del Estado podemos observar a la Democracia como un instrumento poder de naturaleza dialéctica. 

Como el Poder, la Democracia está en el individuo y en la convivencia contradictoria del individuo con sus pares, esto es otros individuos.  

Desde la base familiar, donde el poder emana a partir de lo cotidiano hasta lo cultural, entendido esto último como una transformación inagotable de la naturaleza física y de la naturaleza social. 

(4) 

En Michoacán se realizó el proceso electoral 2020-2021 pero al concluir esta etapa el gobernador Silvano Aureoles denunció el involucramiento de un poder ajeno a la estructura legítima del Estado en los comicios: el crimen organizado.  

El saliente jefe del ejecutivo michoacano acusa al partido MORENA de complicidad con grupos fuera de la ley. (2) 

En Veracruz, a los comicios del seis de junio han seguido impugnaciones legítimas en 21 municipios. 

Los Tribunales Electorales Estatal y Federal darán cuenta final al respecto. 

Sin embargo, la presencia del crimen organizado también se generó en suelo veracruzano. 

Sólo que a diferencia del michoacano el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, no ha denunciado tal circunstancia. 

Hubo advertencias de su parte, previo a las campañas oficiales. 

El 17 de marzo del 2021, desde Soconusco García Jiménez señaló: “Mas que focos rojos, hemos detectado que podría haber involucramiento incluso de la autoridad municipal con la delincuencia organizada. No podemos sustituir las instancias legales de investigación, eso debe de quedar claro, nosotros lo que hacemos es un análisis, para dirigir los operativos de seguridad, y es lo que estamos haciendo.” (3) 

También –días posteriores a los comicios del 6 de junio- hizo una recomendación a los próximos ediles para que no entreguen cuerpos de policía, tesorerías y áreas de obras públicas a delincuentes. (4) 

Hay una diferencia clave en términos de coyuntura electoral entre Michoacán y Veracruz: allá renovaron su Poder Ejecutivo Estatal, amén de diputados federales, 40 legisladores locales y 112 alcaldías; en Veracruz sólo se renovaron diputaciones federales, 50 legisladores locales así como 212 alcaldías; en suelo jarocho el gobernador apenas cumplirá la mitad de su gestión. 

Observemos al ejercicio político a partir de liderazgos, grupos de poder, lucha de clases, diferenciaciones ideológicas, amén de aspectos culturales de índole diversa. 

Silvano Aureoles está preocupado por la intromisión del crimen organizado en los comicios de la entidad que gobierna, sí. 

Pero su propio arribo a la gubernatura -seis años atrás- estuvo conectado a la participación del crimen organizado porque éste ha tomado parte de las elecciones desde siempre en el México contemporáneo. 

Un dato crucial sobre el vínculo Democracia-Proceso Electoral-Comicios-Crimen Organizado en México, surge durante las últimas cuatro décadas, a partir de la aparición de los cárteles; el de Guadalajara fue el primero, como sabemos. 

El caso de Veracruz remite a un trabajo de investigación de consulta obligada: Violencia y régimen político en Veracruz, México: 1936-2016” (ANDRADE GUEVARAVÍCTOR MANUEL,  Universidad Veracruzana, 2018) (5) 

El crecimiento del cáncer llamado narcotráfico y sus nexos con múltiples acciones delictivas conformadas por un todo donde una parte del gobierno ha sido y es cómplice junto a los delincuentes operativos per sé, así como los brazos ligados a la sociedad civil a menudo escondida en la hipocresía cultural, ha evolucionado con particularidades en cada región y entidad federativa de México. 

Y Michoacán como Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Chihuahua, Jalisco, Tamaulipas, la Ciudad de México, Durango, Sinaloa, Baja California Norte, el Estado de México, Coahuila, Nayarit, Sonora, Tlaxcala, han sido puntos históricos de surgimiento del crimen organizado hoy extendido –con mayor o menor presencia- en todos los estados mexicanos. 

Ante dicha perspectiva creer que Silvano Aureoles busca solamente el rescate de Michoacán del cautiverio a que lo tiene sometido el crimen organizado –sin menoscabo de que tal sea uno de sus objetivos- nos remite a un reduccionismo. 

Todo ser político, todo hombre de poder, todo político profesional lucha por la conquista de una meta y luego es sabedor de la necesidad de defender su permanencia con todos los medios a su alcance. 

Es el caso de Silvano Aureoles en su pugna política contra Andrés Manuel López Obrador bajo la bandera de una denuncia válida pero nada nueva y es el caso también de Cuitláhuac García Jiménez: satisfecho con la mayoría de su partido, MORENA, en el próximo Congreso Local, la obtención de la mayoría de Ayuntamientos a gobernarse en el período 2022-2025 y las buenas cuentas entregadas con el triunfo casi absoluto en la elección de diputados federales. 

Sí, en Veracruz el crimen organizado también jugó un papel esencial en los comicios del 2021, pero ¿qué necesidad tiene el jefe del ejecutivo local de llevar ese tema a una denuncia pública federal si el grupo de poder al cual representa ha triunfado? 

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